Línea Magenta: (Re) pensar el aborto

Línea Magenta: (Re) pensar el aborto

Aunque el tema sobre la legislación del aborto a nivel nacional, sigue siento TT, vale la pena hacer algunas disertaciones.

El debate en torno a la despenalización del aborto implica aristas y perspectivas que demandan apertura y objetividad, esto, para evitar caer en la intolerancia con los puntos de vista distintos al nuestro.

Hablar del aborto implica evidenciar que no es una práctica nueva y que ha estado presente en las sociedades mundiales. La feminista francesa Simone de Beauvoir ya aproximaba en su libro el Segundo Sexo, publicado en 1949: “en la civilización oriental y en la grecorromana el aborto era admitido por la ley. El cristianismo trastornó las ideas morales en materia al dotar de alma al embrión, con lo que el aborto se convirtió en un crimen contra el feto mismo”.

Polémica

La polémica en torno a la penalización del aborto ha abarcado ampliamente las esferas filosóficas, sociales, económicas, religiosas, médicas y por supuesto políticas, sin embargo, habría que definir cuáles son los límites y alcances de cada una, pues si bien es cierto que cada institución tiene la libertad de pronunciarse a favor o en contra, no puede ser tomado como eje absoluto para legislar en torno a un tema tan sensible, pero no menos pragmático.

Con ello me refiero a la inocultable presión que la religión ha realizado para que se encarcele a mujeres que han elegido la realización de esta práctica. Por supuesto que es obvia la postura del clero ante el tópico que expongo, pero resulta inaceptable que el debate se limite al dogma y, por ende, se cierre la posibilidad de exponer circunstancias, maternidad responsable, embarazo en la adolescencia como problema de salud pública, métodos anticonceptivos, pobreza y, desde luego,  la opinión científica.

Asumir posturas de satanización a las mujeres que se han practicado un aborto resulta sencillo, sin embargo, considero que el momento histórico del que todos y todas somos parte nos demanda un replanteamiento de paradigmas y opiniones que incluyan el derecho auténtico e inalienable de la mujer a decidir sobre su cuerpo, mente, sexualidad y evolución.

La pronunciación feminista sobre el aborto

Las feministas hemos luchado históricamente por el derecho a la educación, al voto, a una vida sin violencia y el respeto a la elección de la maternidad o la práctica legal del aborto; sabemos que cada día mueren muchas mujeres en clínicas clandestinas por abortos practicados en condiciones altamente insalubres y las que viven son encarceladas en diferentes Estados del país por hacer uso de la libertad que ejercen sobre ellas mismas.

“Penalizar éste acto es una forma salvaje de concebir a las mujeres como mamíferas paridoras, no aceptarlas como sujetos en su propio derecho… ”, apuntó  la directora de la revista Debate Feminista Marta Lamas durante su participación en la 2a. audiencia pública sobre la despenalización del aborto convocada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). México, 2007.

Como humanidad nos encontramos obligados y obligadas a quitar muchos mitos que han pesado y pesan sobre las mujeres, para que podamos ser contempladas en la plenitud, libertad e independencia de nuestras mentes y cuerpos.

La solución que me permito plantear en este marco es la erradicación de la hipocresía y simulación en torno a la sexualidad femenina. Si como sociedad proyectásemos madurez y respeto, el tema del aborto no debería llevarnos a juzgar a mujeres que interrumpieron su embarazo como asesinas.

Educación sexual 

El reto es grande sin duda. La educación sexual que se brinda en el hogar y la escuela debe demostrar la trascendencia sobre la teoría, pues son el pilar más importante para que las y los jóvenes puedan vivir su sexualidad de forma segura y responsable.

La cultura de la prevención es insoslayable, el derecho universal a la sexualidad, ineludible.

“La diferencia sustancial que existe entre las opiniones que defienden principios abstractos de vida y las feministas es que nosotras consideramos que prevenir los embarazos no deseados es necesario un largo proceso… Pero también y sobre todo la erradicación de la violencia sexual y la pobreza, mientras no existan esas condiciones habrá que remediar los embarazos no deseados y ese remedio es la interrupción legal del embarazo», finalizó Lamas en su participación ante la SCJN.

En una sociedad democrática, consciente de que la maternidad no es un destino biológico, una imposición o un accidente, sino un acto voluntario, de amor y elección, feministas pugnamos por una reivindicación en los planteamientos jurídicos para que sea la mujer quien pueda decidir si se continúa o interrumpe su embarazo; ambas elecciones, en condiciones dignas, salubres y voluntarias.

Por Carolina Chávez Rodríguez