Línea Magenta: Música o ¿Ruido sexista?

Línea Magenta: Música o ¿Ruido sexista?
Amamos la música, está en nuestra vida desde que amanece hasta que nos vamos a dormir, pero, ¿qué es lo que dice esta música?

En algunas ocasiones, las cosas más peligrosas son las más cercanas a nuestro entorno cotidiano. Silenciosas y casi imperceptibles son cómplices de graves emergencias nacionales como la violencia machista que diariamente cobra vidas.

En este marco la cultura en general se vuelve la metáfora de una araña que teje dentro de sí misma, de tal forma que no alcanzamos a encontrar la punta del cabo de este odio histórico hacia las mujeres, pero sí logramos verla como un flujo constante en las manifestaciones humanas.

En la ciencia, el arte, la medicina, o la filosofía persiste la misoginia en diferentes dimensiones; algunas veces más sutil que otras.

La música por ejemplo, es un elemento fundamental en nuestra vida cotidiana. Entra a nuestros hogares, acompaña nuestros trabajos, ameniza nuestras fiestas y queda conservada en nuestras nostalgias. Pero, ¿qué dice esa música?

Hace un tiempo pedí ayuda a mis contactos de Facebook para nombraran canciones machistas que incitaran a la violencia e incluso al feminicidio. El resultado fue espeluznante porque en dado caso, habría sido más sencillo listar canciones que no tuviese contenido machista, que no reforzara estereotipos de género, que no hablasen del amor como una forma de ejercer dominio o exaltaran los celos.

Es a través del ritmo o la tonada que nos resulta agradable y la sumamos de forma casi ingenua a nuestro capital cultural, pero en realidad lo que estamos consumiendo en sí, no es música sino ruido sexista que poco a poco nos llevará a asociaciones más complejas como el vínculo entre el amor y la dependencia, la normalización de los celos o el trato denigrante a las mujeres.

Realidad vigente

La cultura del narcotráfico en los corridos y la banda, han traído consigo una ola de apologías del delito, tráfico de drogas, violencia desmedida e imágenes que retratan con crudeza los modelos aspiracionales de las jóvenes generaciones.

La hipersexualización de las mujeres y la forma en que el cuerpo femenino se convierte en producto para el consumo masculino es una pieza fundamental en esta construcción de realidad.

Letras como “Y ahora resulta” de Voz de Mando, no dejan lugar a la duda de que en este país donde el machismo cobra diariamente vidas y en torno a él se comenten crímenes sexuales no hay ninguna consecuencia para quien decida hacer una canción que diga “maldita puta, antes de mí tú no eras nada”.

Lamentablemente el monopolio no lo tiene la música de banda, el reguetón o las letras de Cartel de Santa que a priori son sexistas.

El problema se expande a todos los géneros. ¿Cuántas veces cantaste: “Y entre tanto ramerío ya le apodamos la ramera”? ¿Te acuerdas de Rastamandita de Molotov? ¿Cuántas veces bailaste al ritmo de esa letra que dice: que con su trasero supo ganarse la admiración, causó entre los actores gran simpatía por su esplendor y entre las actrices la antipatía por la razón de que su palanca fuera su cuerpo y no su valor?

En un país donde según organizaciones civiles son asesinadas 10 mujeres al día**, por motivos de género, ¿aún te parece que inocente esta mexicanísima letra?

**https://www.semmexico.mx/en-mexico-son-asesinadas-mas-de-10-mujeres-al-dia-en-los-ultimos-cuatro-anos/

Si quieres disfrutar de sus placeres

Consigue una pistola si es que quieres

O cómprate una daga si prefieres

Y vuélvete asesino de mujeres

¡Mátalas…!

Quisiera proponer otro ejemplo de cómo sólo prestando atención a lo que escuchamos lograremos ser conscientes del bombardeo del que cada día somos víctimas sin notarlo.

¿Recuerdas esa bella canción de José José llamada Buenos días, amor? Rescatemos algunos fragmentos para recordarla y ver cómo encaja en este contexto:

Me perdí en tu vientre cuando aún dormías,
la sorpresa abrió tus ojos y se hizo el día…
Cerré un beso en tus labios,
por si acaso me reñías,
y cubrí tu cuerpo pues al alba nos veía.

Buenos días amor,
que tiene tu cara,
ha perdido el color, amor, amor,
y no dices nada…

Escondiste tus temores bajo la almohada,
sé que estabas enfadada, pero no dijiste nada…

Las conjeturas al respecto son individuales.

(Agradezco a Pizzería Don Roberto en Los Barriles, Baja California por el espacio y la calidez para la redacción y edición de esta nota).

Por: Carolina Chávez Rodríguez