Villas Otoch Paraíso y su decadencia a 16 años de creación

Villas Otoch Paraíso y su decadencia a 16 años de creación

Cancún, Q. Roo.- Villas Otoch Paraíso es la colonia más violenta de Cancún, y podría decirse, del sureste mexicano. Fundada hace apenas 16 años, como un fraccionamiento de interés social, rápidamente se pobló de obreros y trabajadores turísticos que requerían vivienda a precios accesibles, incluso en la periferia de la ciudad.

Sin embargo, en unos pocos años, se convirtió en un vertedero de sangre, donde las balaceras son cada vez más frecuentes, por las pugnas entre integrantes del crimen organizado, según Animal Político.

Gilberth Mejía, promotor cultural de 26 años de edad, recordó que al principio era una zona muy tranquila. Poco tiempo después se comenzaron a formar pandillas de jóvenes.

En ese tiempo, lo peor que te podía ocurrir era agarrarte a golpes a puño limpio en la vía pública, con otros adolescentes pandilleros. Pues solían reunirse a tomar cerveza en las esquinas y respondían con violencia a la menor provocación.

El panorama cambió drásticamente a partir del 2017. Ese año comenzaron las disputas de los cárteles de Jalisco Nueva Generación (CJNG), el de Sinaloa, Golfo, Rojos y Zetas de la Vieja Escuela, así como Los Pelones, quienes buscaban el control del paraíso mexicano, de acuerdo con el Centro Regional de Fusión e Inteligencia del Sureste (Cerfise).

Villas Otoch Paraíso quedó en el centro de esa pugna. Los Pelones fueron sometidos por el CJNG y el de Sinaloa, quienes siguen en guerra.

Actualmente la zona es un foco rojo de inseguridad. Todos los días hay ejecuciones, incluso de menores de edad, y desapariciones forzadas. También prolifera la venta indiscriminada de alcohol y drogas.

El pasado 20 de septiembre se encontró el cuerpo de un menor de edad, con las manos atadas a la espalda y heridas de bala. Se encontraba en uno de los pasillos. Junto al cadáver había un mensaje amenazante del crimen organizado. La policía no hizo esfuerzo para dar con los responsables, pues los mismos pobladores se negaron a colaborar, para evitar ser víctimas de represalias.

El 8 de octubre, sicarios ejecutaron a una pareja mientras bebía cervezas a la puerta de su casa. Ese mismo día otro hombre fue descubierto muerto en los pasillos. El 20 de octubre fue localizado el cuerpo de otro joven.

Los habitantes viven con el miedo que sus hijos sean reclutados por el crimen organizado, para ser utilizados como halcones, narcomenudistas y hasta sicarios. Las mujeres no salen de noche.

La colonia poco a poco se convierte en una ciudad fantasma. Tal vez lo sea en unos pocos años, pues decenas de personas han comenzado a emigrar.

Pero ¿por qué la violencia explotó en este sitio y no en otras zonas de la periferia de Cancún? La respuesta tiene que ver con múltiples factores: marginación, hacinamiento, (40 mil personas viviendo en 14 mil miniviviendas) crimen organizado, infancias abandonadas por sus padres, que trabajan todo el día para subsistir, con sueldos precarios, jornadas extenuantes en las industrias turística y de la construcción, entre otros.

Villas Otoch Paraíso, el costo de la inseguridad

Desde el 2021 a la fecha se han realizado 4 mil 213 llamadas de auxilio al 911 desde Villas Otoch Paraíso. Mil 498 fueron por violencia familiar y de pareja, 299 por personas agresivas, 178 por exceso de ruido y 45 por riña.

De acuerdo con Ernesto Quiroz, psicoterapeuta, el consumo de alcohol y drogas es inevitable, pues se trata de una estrategia de evitación para aliviar el estrés, las preocupaciones, etcétera.

Además, la soledad crece todos los días, a pesar del hacinamiento, las personas no tienen con quien hablar. La situación es simple: Los hombres trabajan 10 horas bajo el sol y gastan otras cuatro en el transporte público para ganar 12 mil pesos al mes.

Las mujeres se quedan en casa a cuidar de los niños, sin posibilidades de ganar dinero, lo que favorece el sometimiento y la violencia. Sin embargo, tampoco pueden invitar a personas a sus casas, pues son tan pequeñas, que simplemente no caben.

Por esto mismo, el 10 por ciento de los suicidios que se registran en Cancún ocurren en esta colonia.

Hasta el momento, las autoridades parecen haber abandonado esta zona, al igual que Dios. Aunque en diciembre del 2021 las autoridades organizaron un “Concierto por la Paz” casi no hubo asistentes, pues muchos vecinos tuvieron miedo o recibieron amenazas para quedarse en sus casas.

Tampoco parece haber un plan integral para limpiar el foco rojo, erradicar la delincuencia y darle mejor calidad de vida a sus habitantes.